QUÉ ES EL SHORINJI KEMPO por DOSHIN SO
(Fragmento traducido de su libro What is Shorinji Kempo? Japan Publications, Tokyo, 1970)


En estos días, cuando el mundo occidental está comenzando a comprender que los avances tecnológicos y científicos, la auto-afirmación, la explotación y la competición no brindan necesariamente la felicidad y el mundo oriental comprende que la aceptación pasiva, la supresión y la negación del individuo y la introversión de la persona no contribuyen suficientemente a la completa paz mental, el estilo de vida que propugna el Shorinji Kempo ofrece una nueva esperanza para la verdadera paz, el progreso y la prosperidad para la consecución de la felicidad de cada individuo en la tierra.
En las siguientes páginas, intentaremos explicar de la forma más simple posible las bases filosóficas del Shorinji Kempo, la teoría y práctica que lo convierten en una forma de vida, y la visión del Shorinji Kempo sobre qué tipo de vida puede ayudar a la persona.
Es la principal esperanza del autor, que el lector se tome su tiempo para leer este capítulo y descubra que el Shorinji Kempo no es otro mero sistema de combate a mano desnuda, sino una completa forma de vida cuyo objetivo radica en la creación de un mundo mejor y más feliz.

 

 


LA FILOSOFÍA DEL KONGO ZEN.


La denominación Kongo Zen deriva de las palabras kongo: diamante y zen: la escuela de Bodhidharma, cuya enseñanza está basada esencialmente en la creencia de que el reino de los cielos está en el corazón del hombre. Como estas dos palabras indican, Kongo Zen es una nueva filosofía que se vuelve hacia nuestro interior al mismo tiempo en que irradia hacia el exterior, que combina la amabilidad con la severidad y la compasión con la fuerza.
El símbolo de un circulo que rodea a dos líneas fluidas es la representación visual del Kongo-Zen. Aparece en las paredes de cada lugar de entrenamiento de Shorinji Kempo y está en los uniformes blancos que se utilizan para su práctica, como un recuerdo de que las enseñanzas y filosofía del Shorinji Kempo están basadas en esta filosofía. Déjenme además, en un principio examinar los preceptos esenciales que representa este símbolo y que están inseparablemente unidos al significado real del Shorinji Kempo.
Antes de nada, el Kongo-Zen propugna que la última realidad, simbolizada por la eterna continuidad del círculo, donde el Hombre y todas las demás criaturas y sistemas está más allá del entendimiento humano y, por lo tanto, no se pueden reducir a los conceptos de la razón o ser contenidos por algún tipo de imagen. Aunque es habitual en el hombre imputar propósitos humanos y deseos a la realidad, hay que tener claro que la verdad última no es la que queremos hacer nosotros mismos, sino que depende de lo que es en sí misma. Aunque el conocimiento humano se ha incrementado hasta descifrar algunos secretos del Universo, o el patrón de una manta puede ser distinguido de un puñado de hilos sin enhebrar, también la realidad última de toda la existencia está fuera del reino del conocimiento humano. Quizás sea la fuerza de la vida, la impregnación del espíritu, la unidad del Universo; pero todo esto está aún más allá de la comprensión humana y no puede ser expresado, ni descrito o condicionado de ninguna manera.
Las implicaciones que se deben derivar de este concepto de realidad son especialmente importantes para la vida del hombre. El Kongo-Zen no reconoce la realidad como una invención de la imaginación del hombre o una proyección de sus necesidades o sus miedos, tampoco la existencia de un poder supremo que requiere obediencia, promesas de salvación y un cielo después de la muerte, o los castigos de un infierno. Tampoco cree que haya un dios que habla con los hombres a través de reglas creadas por los hombres en su nombre o por mensajes enviados a unos pocos, o por tablas con leyes investidas de una autoridad sobrenatural. Tampoco hay nadie para dictar lo que es correcto y lo que no o para dar respuestas a las preguntas sobre el significado y o el fin de nuestras vidas. El único poder al que el hombre puede recurrir como guía en su vida es al conocimiento, conocimientos sobre el mundo y las personas como son realmente. Así aprendiendo a respetar la realidad en sí misma, que no atiende a individuos o grupos de individuos, es esencial; y con la duda, las preguntas y con humildad esforzarse por conseguir el conocimiento imparcial el hombre se acercará a la verdad, desde la que podrá derivar hacia un nuevo criterio moral. Creer en algo absoluto como un dios, releva al hombre de soportar la ansiedad de una continua auto-responsabilidad moral, ya que nos provee de las soluciones a los problemas y sufrimientos de la vida, así como del declive de la vida y los valores con los que sortear el curso de nuestra vida. Esto está sin embargo lejos de responder realmente a la seguridad que precisa el hombre. El hombre, demasiado ingenuo, ha confiado durante demasiado tiempo en la providencia para solucionar sus problemas, de forma pasiva, aceptando su sufrimiento en la vida como los deseos de dios. En vez de tomar la iniciativa de aliviar su situación, acepta y soporta sus aflicciones en la creencia de que serán compensadas en una vida después de la muerte. Dios también ha sido utilizado como chivo expiatorio con el que el hombre ha evadido la responsabilidad de su individualismo y ha permitido las injusticias y las condiciones infrahumanas.
El Kongo-Zen, que centra su atención en el Hombre como expresión y participe del circulo infinito de la realidad y ha sido dotado de un vasto potencial, afirma que esto puede ser expresado a través de su potencialidad inherente para la sabiduría, la fuerza, el coraje y el amor con la que puede vivir mejor su propia vida. Es el Hombre, él mismo actuando desde sus propias posibilidades, quien descubrirá una nueva moral basada en la naturaleza de las cosas, participando activamente en crear una vida llena de sentido y teniendo la responsabilidad de crear un cielo en la tierra, donde las personas puedan vivir en armonía y felicidad.
Otro aspecto importante de la filosofía del Kongo-Zen está representada por las dos líneas fluidas rodeadas de un círculo. Esto significa la interacción del cielo y de la tierra, de lo positivo y masculino (razón y fuerza) y lo negativo femenino (compasión y amor). Todo esto simboliza la actualidad de nuestro universo: donde toda la realidad que conocemos está dinámicamente gobernada por el continuo flujo y movimiento de lo separado y de lo único, o sea de la interdependencia de los sistemas, que coexisten en unidad a través de la interacción. Así, no hay ninguna cosa, acto, ser o evento que exista por si mismo. Lo que parece ser una relación de polos es en realidad una relación de elementos interdependientes. Esta dualidad se manifiesta en los esfuerzos del hombre por definir, clasificar y compartimentalizar todo, lo cual no está en la naturaleza de las cosas. Esta verdad está comenzando a ser comprendido como un reciente movimiento integrador en todas las ciencias que subrayan lo antinatural de la dicotomía entre por ejemplo, el cuerpo y la mente o el hombre y la naturaleza. Esto es aún más evidente en nuestras relaciones personales y en las experiencias en nuestra vida. El hecho de que todas las cosas están interrelacionadas e interactúan dentro del espacio y el tiempo, no puede ser negado. Esto es además, evidenciado por las personas que eligen dirigir sus vidas a donde ellas mismas eligen.
Las implicaciones y las aplicaciones de esta verdad son de gran relevancia para la forma de vida de las personas. Como todas las cosas están interrelacionadas e interactúan, se puede decir que el significado esencial de las cosas, la parte del medio de la harmonía, es más representativo de la naturaleza de las cosas. Considerando algunos conceptos sobre el mundo y el hombre que ejercen una influencia directa sobre la vida, examinaremos tres conflictos: mente vs. Materia, egoísmo vs. Altruismo y vida vs. Muerte
En lo que concierne al primer conflicto, mente versus materia, encontramos que hay algunos, como los hedonistas, que niegan la mente a favor de la materia y los sentidos otros, como los ascetas que niegan los sentidos y se centran en la mente. Pero como modernos estudios han verificado el hombre se caracteriza por tener aspectos físicos, que están localizados en el espacio y el tiempo, y otros que atañen a su consciencia y que son por tanto, mentales. Ambos materia y mente están inseparablemente unidas a pesar de sus diferencias, e incluso una puede influir en la otra, como puede comprobarse con algunos preparados tranquilizantes, que pueden modificar estados mentales de excesiva preocupación o tensión, que producen falta de apetito, insomnio o incluso úlceras.
La forma de vida más expresiva de la verdadera naturaleza del hombre, tiene necesariamente que englobar a las necesidades mentales y físicas, las facetas intelectuales como a las emocionales del ser. A la vista de esta verdad, es muy importante para cada individuo, reevaluar su forma de vida, particularmente con respecto a sus potencialidades físicas y mentales, que han de ser cultivadas en armonía. De igual importancia es la carga individual de su propio desarrollo natural y social con respecto a sus necesidades espirituales y materiales.
Sobre el asunto del egoísmo vs. altruismo, ego vs. no-ego, individualismo vs. conformismo, lo sustancial de esta dualidad refleja la importancia de ambos extremos preservando y desarrollando la propia identidad y consolidando los enlaces vitales que existen entre los individuos. El hombre no puede vivir aislado sino que depende mutuamente de las criaturas que le rodean, no solo para su supervivencia, sino y el aseguramiento de las necesidades básicas, sino también para el desarrollo y mejora de su propia vida. Este hecho se evidencia claramente en la existencia de la familia, como institución universal, una unidad en la que los individuos, por sus necesidades biológicas, tienen que depender de una relación simbiótica para su supervivencia y evitar una vida sin sentido. Está claro además en la tendencia a la conglomeración de las personas. Esta naturaleza interdependiente precisa de una cierta restricción de la libertad individual, donde ciertas actitudes y hábitos como la honestidad, la tolerancia, la imparcialidad y el altruismo necesitan ser cultivadas para favorecer las relaciones entre las personas. Es vital tener claro que el exceso de indulgencia al propio ego solo provocarán fricciones y caos, con consecuencias desastrosas.
Además la inclinación natural del hombre a acercar las relaciones con las otras personas, no implica que tenga que olvidar su propia identidad o adoptar una actitud conformista con el grupo. Múltiples divergencias nos proveen de argumentos y estimulan nuestras potencialidades con alternativas diferentes y requieres un examen crítico sobre valores y certezas. La individualidad de la persona se ha de preservar; la confianza en sí mismo, la seguridad, la crítica y la responsabilidad individual tiene que ser fomentada. Cada individuo ha de poder ser él mismo, como elemento único de interacción en el universo.
La dualidad sobre la vida y la muerte garantiza un re-examen a la luz de la expansión del conocimiento humano sobre el mundo y sobre si mismo. Como nada en el universo permanece estático o sin cambio, sino que es una dinámica interacción de sistemas interdependientes, la existencia se convertiría en una clara distinción entre la vida y la muerte. No hay simplemente dos estados que pueda experimentar la persona, la vida y la muerte, sino numerosos estados durante la vida. Para ello, tal y como una rueda en movimiento rueda sobre su recorrido sobre una cuerda, el hombre está sometido a continuos cambios. Este hecho es evidente cuando uno compara los distintos estados de la vida, la infancia, a adolescencia, la juventud, la edad adulta y la vejez. No es difícil comprender que son estados diferentes entre sí. En el cuerpo y en la esencia de la mente de las personas hay rápidos cambios continuamente. A lo único que nos podemos agarrar es el ahora, ese único momento. Cada momento es en sí mismo único entre el resto de momentos. Pero como ya hemos visto todas las cosas están interrelacionadas e interactúan, el momento presente ha de ser necesariamente situado entre los momentos pasados y los futuros. Justo como una piedra que lanzada al agua transmite un infinito número de ondas, el momento presente es un reflejo del pasado y un espejo del futuro.
La perspectiva de toda existencia, como estado del ser, enfatiza lo precioso de cada momento de la vida con todo el corazón y la mente, no obstante no olvida que está acompañado por la responsabilidad de que cada momento está causalmente relacionado con otros momentos en el tiempo; esto es, con otros estados del ser. La expresión del punto medio entre la vida y la muerte puede ser de gran importancia en la tarea de dar a la vida significado. Como el significado de la vida ha de ser creado por cada individuo, es condición necesaria esforzarse por vivir y dar a cada momento la importancia que necesita.


¿QUÉ ES EL SHORINJI KEMPO?


En el capítulo anterior, he explicado un resumen de la filosofía del Kongo-Zen, extendiéndome brevemente en sus implicaciones. Ahora prestaremos atención al Shorinji Kempo, que es la expresión del Kongo-Zen. El Shorinji Kempo es una forma de vida basada en la realización de la interrelación e interacción de todas las cosas y la certeza de que las potencialidades del hombre son las únicas herramientas que puede utilizar para la travesía de su propia vida. Su objetivo último es aliviar el sufrimiento y asegurar la felicidad en la Tierra, no el cultivo de la fuerza y el poder para exhibirlo en competiciones o para usarla en iniciar la violencia en ningún caso. En línea con los preceptos del Kongo-Zen, el Shorinji Kempo incorpora dos métodos tradicionales para la consecución de la realización personal y la felicidad.
En el Este, debido al impacto del Budismo, la respuesta a la miseria y al establecimiento del reino de los cielos fue el giro hacia el interior de la persona, la razón reside en que la vida se considera como una escena de miseria que consiste en una serie de dificultades donde incluso el placer es una forma forma de dolor, en cuanto que la consecución del mismo implica más sufrimiento. El bien último, o la salvación alcanzable se considera que es la extinción de las pasión, la lujuria, el odio, las cosas superfluas, el deseo de vivir, etc. Estos estados mentales son la fuente de todas las maldades de las personas.
En el Oeste, sin embargo, la atención está siempre centrada en la complejidad del mundo y en sus continuos cambios. Hay una gran fe en que la felicidad puede ser encontrada, maquillándola y manipulando la naturaleza y mejorando la situación social.
El Shorinji Kempo sin embargo afirma que ninguno de estos dos sistemas son suficientes, por si mismos. Ya que han de ser considerados ambos aspectos, el material y el espiritual. Por ello propugna la necesidad de mejorar el orden social y de gratificar las necesidades físicas de la persona, tanto como la importancia del cultivo espiritual y la disciplina moral.
Más específicamente, con respecto al orden externo, el Shorinji Kempo enfatiza el cultivo de cada individuo en sí mismo con una armonía en las relaciones humanas, basada en la mutua confianza, el respeto, la comprensión y todo ello hermanando a toda la humanidad. La mejora de la sociedad y de las cualidades humanas implican la interacción de los individuos que, a pesar de tener un marcado carácter individualista, son capaces de trabajar en armonía con otras personas; el mejoramiento de las condiciones existentes, no ya de la supervivencia del hombre, requiere un planteamiento y una acción cooperativa the individuos, que dinámica y armoniosamente, interactúan.
En lo que ser refiere a la disciplina interna, el Shorinji Kempo enfatiza el cultivo de un cuerpo equilibrado y una mente llena de amor, sabiduría, coraje y salud. Por amor entendemos el respeto por la vida y la humanidad, la preocupación, empatía, integridad y altruismo; por sabiduría, la humildad y respeto por el conocimiento, el auto-conocimiento y la comprensión, una acción responsable guiada por la moral del verdadero conocimiento; el coraje es iniciativa, espíritu invencible y confianza; y la salud es cuerpo fuerte y lleno de energía. El cultivo de estas cualidades en el individuo es esencial para que el hombre se adapte a su humanidad y son ingredientes básicos para el desarrollo de otras facetas de su potencial. Sin amor, las personas no son capaces de tener relaciones armoniosas y con sentido con otras personas, o participar en proyectos de grupo; sin sabiduría, no será capaz de llevar su conocimiento a un lugar provechoso; sin coraje, no podrá actuar sobreponiéndose a los problemas que le surjan; finalmente sin salud y fuerza, ninguna de estas potencialidades se puede desarrollar o puede ser expresada.
El Shorinji Kempo afirma que el enriquecimiento de las necesidades, tanto del aspecto material, como espiritual de la persona y el cultivo de los factores externos e internos, es la respuesta a la consecución de la felicidad por cada individuo. Y esta realización depende fundamentalmente del esfuerzo de cada individuo hacia el enriquecimiento de su individualidad, desarrollando buenas relaciones humanas, y cultivando hábitos esenciales.
Encaminado al cultivo las actitudes mentales esenciales y los valores relevantes como una forma de vida, el Shorinji Kempo es un sistema de enseñanzas que será explicado en el siguiente capítulo.
Pero en línea con su principio de inseparable unión de la mente y la materia, de lo teórico y lo empírico, estas enseñanzas se encuadran en la práctica en forma de un arte marcial, para asegurar su expresión en acción. Similar al arte de conducir un coche, la maestría no depende solo en el conocimiento del mecanismo del coche, la técnica adecuada de conducción y las normas de circulación, sino en sentarse delante del volante y experimentar lo que es la conducción para cada uno, el camino del Shorinji Kempo se desarrolla de forma gradual, mentalmente con las enseñanzas y empíricamente con la práctica del arte marcial.


LAS ENSEÑANZAS DEL SHORINJI KEMPO


Este capítulo se dedica a las enseñanzas esenciales del Shorinji Kempo, que pueden ser clasificadas bajo los siguientes títulos: La respuesta está en el hombre, la unidad del Ken y del Zen, la Unidad de la Fuerza y el Amor y Vivir mitad para sí y mitad para los demás. Como será explicado, todo esto expresa el punto medio de la armonía basada en la filosofía del Kongo Zen.
La respuesta está en el Hombre.
Hay tres variables que determinan las condiciones de la supervivencia del hombre, así como su felicidad; el individuo, la naturaleza y la sociedad. Pero como se necesitan individuos para explotar la naturaleza e individuos para formar la sociedad, por ello, el Shorinji Kempo afirma que el individuo es directa e indirectamente responsable de su propio bienestar y felicidad. Las antiguas máximas de “Si a la primera no lo consigues, inténtalo, inténtalo de nuevo”, “donde hay voluntad, hay una oportunidad”, o “el cielo ayuda a quien se ayuda a si mismo”, son todas expresiones de la visión del Shorinji Kempo del esfuerzo del individuo como único catalizador para transformar el mundo.
El Shorinji Kempo enseña que el hombre es un producto de un largo proceso evolutivo y su mente y su cuerpo interactúan para dotarlo de una vasta potencialidad, desde la cual cualquier persona puede cambiar y cultivarse, en vida. El hombre ha de soportar la carga de su individualismo. En tiempos de dificultad, cuando aparecen los problemas y las situaciones empeoran en casa, en el colegio o en el trabajo, que fácil es echar la culpa a los demás, padres, profesores, sociedad, o incluso a Dios; en vez de encarar el problema como propio y sobreponerse a él. Por otro lado, cuando las cosas van bien, o cuando uno ha conseguido algo loable, es instintivo buscar reconocimiento y alabanzas. El Shorinji Kempo, sin embargo, afirma que cada individuo es su propio testigo y ha de aceptar su propia responsabilidad, tanto en los buenos momentos como en los malos. Entonces y solo entonces, se pueden encarar los problemas y solventarlos y así sentar las bases para crear un cielo e
n la tierra. Es solo desarrollando el propio individuo primero, que las actividades del grupo se tornan fructíferas y con sentido.

La Unidad del Ken y del Zen.
Basado en la unidad de la materia y el espíritu, el Shorinji Kempo enseña la unidad del Ken y del Zen. Ken significa el cuerpo o la acción, y zen se refiere a la mente o a la calma. Estos dos aspectos son inseparables en el hombre e interactúan, pudiendo cada uno afectar al otro. No conscientes de esta verdadera naturaleza del hombre, algunas personas castigan sus cuerpos de diferentes formas: soportando largas sesiones de zazen hasta que se entumecen las piernas, ayunando hasta el debilitamiento del cuerpo para alcanzar algún tipo de iluminación. Hay además algunas escuelas de artes marciales que propugnan objetivos espirituales y sin embargo enfatizan la victoria a través de la maestría de sus técnicas o el cultivo de la fuerza. El Shorinji Kempo sin embargo, afirma que un entrenamiento del espíritu, olvidando el cuerpo, o el entrenamiento solo del cuerpo, no puede llevar a la formación de un hombre completo. La realización de las potencialidades humanas y el único camino para la auto-realización y la felicidad, necesariamente pasa por el cultivo del cuerpo y de la mente, de la acción y del pensamiento. Ninguno de los dos puede ser tratado como una entidad separada, sino que las repercusiones de uno sobre el otro ha de ser cuidadosamente consideradas e incorporadas dentro de una metodología que cree una persona equilibrada y en armonía.


La Unidad de la Fuerza y el Amor.
La ley de la naturaleza, la supervivencia del más apto, es aplicable a todas las criaturas. Aunque la fuerza es el factor decisivo en el mundo animal, entre las personas, la más apta es aquella con excelencia física y mental. La capacidad mental en el hombre reside en el hecho de que está en la cúspide de la pirámide evolutiva. Sería ideal de hecho si los hombres no recurrieran a la fuerza para resolver los conflictos entre ellos, como hacen las otras criaturas, pero la Historia nos recuerda claramente la proclividad del hombre a la violencia física en oposición al uso de la razón en la resolución de los conflictos. La causa obvia de esto es simple: la persona que depende de la fuerza es más fuerte que la que se confía a la teoría y puede destruirla totalmente, y este último está completamente desamparado si no recurre también a la fuerza. Simplemente ser correctos no es suficiente. La Justicia, desafortunadamente, ha de ser protegida por la fuerza. Las leyes y códigos sociales de cualquier sociedad solo tienen valor si pueden ser protegidas físicamente. Por ello, el Shorinji Kempo, enfatiza la importancia de la fuerza, no para matar o destruir, sino para la preservación de la vida. La fuerza ha de ser utilizada solo como última medida y solo para preservar la integridad física o la vida, cuando uno es atacado. Ha de ser utilizada para prevenir un ataque violento. Con rectitud, reforzada por la fuerza y el perdón respaldado por el poder de castigar, uno puede parar a un agresor y proteger la propia vida. Esto es amor en acción, en oposición a la sumisión pasiva, que no beneficia a ninguna de las partes.


Vivir mitad para uno y mitad para los demás.
Como la interdependencia es necesaria y beneficiosa, su funcionamiento ha de ser asegurada primero internamente por los deseos del propio ego, mientras se cultiva la empatía, como una extensión de la propia identidad, para unirse con los demás. Si el individuo tuviera libre expresión de todos sus deseos y si sus potencialidades fueran canalizadas impropiamente, la vida sería intolerable para todos y las relaciones humanas acabarían en el caos y la destrucción. La verdadera libertad no significa gratificar cualquier deseo de nuestro ego; ha de ser acompañada de disciplina y responsabilidad moral.
Otro factor esencial que favorece la armonía de las relaciones humanas entre los individuos en la relajación de la ley de la supervivencia del más apto. La competición tiende a hacer individuos más y más atomizados, centrados en si mismo y egoístas; cualquier asociación se valora en relación a una escala de coste-beneficio. Todo lo que parece cooperación, ayuda y comprensión es beneficio personal disfrazado. Es imperativo para la persona dirigir su ingenio hacia el aseguramiento de las necesidades externas básicas para todas las personas. La ciencia y la tecnología han de trabajar hacia la realización de las verdaderas necesidades del hombre. Y asegurar las necesidades materiales básicas para la vida, como requisito esencial para las relaciones armoniosas entre todos los individuos.
El Shorinji Kempo enseña que el hombre ha de aprender a pensar en el bienestar de los demás mientras lucha por sus propios intereses. Su individualismo no ha de privar a los demás de la libertad y la felicidad; dirigiendo su conocimiento y sus capacidades no solo a su beneficio personal, sino a mejorar la vida de los demás. Cada individuo ha de reprimir la avaricia y la excesiva indulgencia de su propio ego y dirigir sus esfuerzos al beneficio general y a asegurar la mejora de la vida de todos.


EL SHORINJI KEMPO COMO ARTE MARCIAL.


Parece que empieza a aparecer claro que el Shorinji Kempo es un estilo de vida basado en el camino del medio, en el que la tensión entre un elemento único y el resto y su actividad puede y debe dirigirse de forma constructiva a la realización y felicidad de las personas.
Sin embargo, conocer la teoría no provoca necesariamente la acción sobre ese conocimiento, aunque la moral nace de la teoría no es suficientemente imperativa por si misma. Es solo cuando la teoría es acompañada por su experiencia directa cuando la vida de cada uno puede verse influenciada. El intelecto y las emociones están inseparablemente unidas, y ambas deben simultáneamente ser cultivadas para la creación de un hombre completo. La particularidad del Shorinji Kempo reside en el hecho de que no predica simplemente una forma de vida, sino que incorpora todas sus enseñanzas en su experiencia práctica. El arte marcial del Shorinji Kempo, o Kempo abreviadamente, es la contrapartida empírica de todas las enseñanzas de las que hemos hablado.
Alguien puede verse inclinado a pensar que un arte marcial por definición es incompatible con las enseñanzas del Shorinji Kempo. Pero no debemos confundir el Kempo con otras escuelas de artes marciales de hoy en día, muchas de las cuales se centran en el cultivo de la fuerza, que puede además ser medida por cuantos ladrillos se pueden romper de un golpe o si se puede luchar contra un toro sin guantes, etc. Otras se centran en la victoria en competiciones y no son de hecho diferentes de deportes como el boxeo o el wrestling. Hay también escuelas dedicadas al cultivo de extraños poderes como la habilidad de separar el brazo del hombro y volverlo a poner en su sitio. Al contrario que todas estas escuelas, el arte marcial del Shorinji Kempo se caracteriza, no por el cultivo de la fuerza bruta, de extraños poderes o de competiciones donde uno puede ganar o perder. El cultivo de un hombre equilibrado en armonía con sus semejantes es el objetivo del Shorinji Kempo y como arte marcial está estrictamente encaminado en esa línea.
El ideograma chino, y japonés para “arte marcial”, que se lee Budo, tiene un especial significado a la hora de expresar el significado original de lo que se ha traducido como “arte marcial”, déjenme explicarlo. La palabra Budo, se compone de dos ideogramas chinos, Bu y Do. El primero es definido en el diccionario Setsumonkiji, escrito alrededor del año 120 a.C., al final de la Dinastía Han, como “parar una lanza”; esto es por ejemplo parar la violencia y restablecer la paz. El segundo carácter, Do, significa “el camino” y es el ideograma utilizado para escribir Shinto, Tao, etc. El significado original de la palabra Budo, es por tanto, el camino de suprimir la violencia y volver al camino del hombre, o más generalmente, promover la paz y el entendimiento entre rivales. En otras palabras, Budo no es un “arte marcial”, en el sentido de ser una herramienta para atacar o un método de ganar competiciones. Ademas budo no es un método de entrenamiento para fortalecer el cuerpo y que emane fuerza bruta o una forma de autosatisfacción. En su original y verdadero sentido, el Budo hace hincapié en el principio de la coexistencia en armonía.. Además el rol del Budo es puramente defensivo y radica en la creación de una existencia humana con conciencia social, equipada con el poder de eliminar los elementos perversos de la sociedad y para terminar y prevenir conflictos.
La razón por la que el Budo se ha deteriorado en un mero deporte por un lado o dentro de una vía para infligir daño o incitar a la violencia, está en el hombre mismo y no en la naturaleza del propio Budo. De la misma manera que un cuchillo puede ser utilizado para pelar una manzana o para matar, la persona que utiliza un potencial es responsable de las consecuencias constructivas o destructivas de esa potencialidad. El arte marcial del Shorinji Kempo cuyo objetivo está en línea con el significado original de la palabra Budo, cultiva activamente la paz, la felicidad y la armonía entre las personas, haciendo este y otros ideales fácilmente accesibles empíricamente.


Las técnicas del Shorinji Kempo.

Todas las técnicas empleadas en las artes marciales están basadas en movimientos circulares, rectos o curvos. Tanto las proyecciones, torsiones, técnicas de bloqueo y de escape, técnicas consideradas suaves o defensivas; como los golpes, patadas y puñetazos, que engloban las técnicas duras u ofensivas, todas son originadas por esos tres tipos de movimientos. Sin embargo las técnicas de Judo, por ejemplo, están basadas principalmente en las técnicas suaves o defensivas y las de Kárate en las duras u ofensivas. En esto el Shorinji Kempo es diferente ya que es una combinación de los dos tipos de técnicas.
Con más de 600 técnicas, empleando tanto movimientos suaves como duros el Shorinji Kempo nos permiten protegernos en prácticamente cualquier situación. Además como la efectividad de las técnicas de Shorinji Kempo no está basada por la fuerza o la estatura, sino en el conocimiento y aplicación de principios racionales, científicos y médicos, una persona de cualquier sexo, edad, estatura o fuerza puede protegerse efectivamente.
Déjenme tomar como ejemplo el principio del brazo en gancho (kagite). Es difícil levantar un objeto pesado con los brazos extendidos y mucho más fácil hacerlo con los brazos cerca del suelo. De forma similar el brazo en gancho nos permite magnificar nuestra propia fuerza sin un esfuerzo extra. También existe el principio de la palanca, que emplea un fulcro, o punto de apoyo y una fuerza aplicada sobre él, cuando aplicamos en algunos puntos de la barra podemos mover algo muy pesado con relativamente poca fuerza. Otro principio usado con la misma efectividad es el de la rueda, que puede permitirnos mover objetos fácilmente. Otro principio similar es el usado para cortar algo con un cuchillo. Si el cuchillo se pone sobre el objeto desde el principio, necesitamos más fuerza. Pero si lo hacemos utilizando el brazo como un resorte, la fuerza resultante se magnifica sin un sobre esfuerzo.
El principio racional más importante en Shorinji Kempo es sin embargo, el conocimiento derivado de la antigua medicina oriental y su aplicación sobre los puntos vitales del cuerpo humano. Aplicando presión sobre ciertos puntos localizados en los músculos, huesos o nervios, cualquier persona puede someter efectivamente a un oponente de mayor tamaño y fuerza. Aplicando presión a cualquiera de los 142 puntos usados en Shorinji Kempo, uno puede fácilmente debilitar o paralizar a su oponente con dolor.
Desafortunadamente hay algunos que tienen una forma de vida basada en causar inconvenientes, infelicidad e incluso daño a los demás a través de la fuerza. El Shorinji Kempo, que enseña que no tiene sentido “ofrecer la otra mejilla” a aquellos cuya forma de vida es la fuerza y la violencia y de hecho, sobre esta actitud pasiva que solo beneficia la debilidad de las leyes y la injusticia, provocando a su vez la necesidad en el individuo de equiparse con los conocimientos necesarios para protegerse a sí mismo. Sus métodos racionales y sus principios hacen del Shorinji Kempo un método ideal de auto protección.
A menos que la fuerza vaya de la mano con el amor, es un sin sentido. Por ello, la mayoría de las técnicas del Shorinji Kempo están diseñadas para suprimir la violencia, inmovilizando al adversario causándole dolor o debilidad, pero sin causarle un daño serio o desproporcionado. Esto es solo posible porque, como hemos mencionado el Shorinji Kempo está basado en el conocimiento de los puntos vitales del cuerpo y no en la fuerza bruta.
Además, aunque el Shorinji Kempo está equipado con técnicas ofensivas y defensivas, todas están basadas en el principio de auto defensa; los puñetazos o patadas van siempre precedidos de paradas. Es inherente a la estructura técnica del Shorinji Kempo el concepto de que sus técnicas no pueden ser utilizadas para iniciar ningún ataque.
En cualquier caso, esta postura defensiva del Shorinji Kempo en ninguna forma va en detrimento de su efectividad. Mientras se espera a que el oponente inicie el ataque, uno puede prepararse mental y físicamente, observar al oponente, detectar sus puntos débiles y juzgar que técnica debe ser usada. Así la efectividad se ve implementada cuando tenemos en cuenta el principio del Shorinji Kempo de, defender primero y atacar después. El aspecto técnico del Shorinji Kempo representa la inseparabilidad de la fuerza, la justicia y el amor y la compasión, y su objetivo reside no en ganar o exhibir la propia fuerza, sino en defender la vida, la justicia y la ley en armoniosa interacción con los demás.
Las enseñanzas del Shorinji Kempo no implican instrumentos externos para la auto-protección, solo confía en las potencialidades que la naturaleza a dado al hombre y el esfuerzo y concentración de su cuerpo y su mente. En el desarrollo y dominio de las técnicas del Shorinji Kempo, el individuo ha de ser su propio maestro. Esto está en línea con las enseñanzas del Shorinji Kempo que enfatiza la necesidad del individuo de desarrollar su autonomía y que consolide hábitos de auto-confianza; además expresa el concepto de que las potencialidades del hombre solo se pueden desarrollar del esfuerzo combinado y en armonía del cuerpo y de la mente.


La secuencia de la práctica.

Para llegar a dominar el Shorinji Kempo o tener un importante nivel de conocimientos, uno tiene que entrenar de forma ordenada desde los pasos más fundamentales, progresivamente a niveles más elevados físicos y mentales. No es posible saltarse etapas. Desde el principio el alumno ha de seguir a aun maestro que ha completado los requerimientos técnicos y teóricos, osea los conocimientos del Kongo-Zen y su expresión en las enseñanzas del Shorinji Kempo, tal y como prescribe la central del Shorinji Kempo en Shikoku, Japón.
Es muy interesante destacar que la palabra japonesa para “aprender”, “manabu”, originalmente viene de la palabra “manebu” que significa “copiar”. De esta manera, al principio el alumno ha de imitar al profesor e ir progresivamente dominando los golpes, paradas y patadas básicas, lo que representará la base para el futuro aprendizaje. Es también muy importante aprender los principios científicos y médicos sobre los que descansan las técnicas. Solo después de dominar los movimientos fundamentales, se podrá combinar varias técnicas con éxito. Después de dominar lo anterior, uno puede readaptar las técnicas y crear su propia versión, todo esto es posible solo después de un largo proceso de repetición y perseverancia.
El dominio del Shorinji Kempo es similar al proceso de desarrollo de cualquier potencialidad. La secuencia de la práctica y el sistema de grados en el Shorinji Kempo ejemplifica que las potencialidades del hombre no se pueden alcanzar por la noche, ni es la maestría de un talento innato: es sin embargo, un proceso acumulativo que requiere un gran esfuerzo, disciplina, paciencia, resistencia y una voluntad de hierro.


El método de práctica.

Una de las más importantes características del Shorinji Kempo es su método de práctica. Dominar el Shorinji Kempo requiere de la práctica mutua y del esfuerzo cooperativo de dos personas, uno jugando el papel de defensor y otro el de atacante, experimentando alternativamente el cambio de roles. La razón para esto, como hemos visto ya, es que la mayoría del las técnicas de Shorinji Kempo están basadas en el conocimiento de los puntos vitales del cuerpo humano; por ello, la práctica mutua y la experimentación con un compañero es esencial. Uno puede conocer la correcta localización de los puntos vulnerables y de los ángulos en los que hay que atacarlos y la correcta aplicación de la presión sobre ellos. Pero todos estos conocimientos solo se pueden adquirir experimentando con un compañero. Ambos trabajarán en turnos, uno ejecutará la técnica mientras el otro la “sufre”. Además el hecho del desarrollo del concepto de la distancia, hace de la práctica en pareja un método muy superior a la práctica de una persona en solitario. Esto además fortalece el uso de la estrategia y la aplicación de varias técnicas, que se convierten en esenciales en una situación real de defensa personal.
A parte de los aspectos técnicos, que nos muestran el Shorinji Kempo como un sistema ideal de defensa personal, el hecho más importante es que cuando dos personas practican Shorinji Kempo, ambos han de mejorar juntos; no existe un ganador o un perdedor. La persona se involucra en la vida de su compañero y sus intereses no se circunscriben a sí mismo, sino a la felicidad de los demás, lo cual redundará a su vez en su propio bienestar y felicidad. Como en la práctica del Shorinji Kempo son necesarias, las buenas relaciones humanas, la comunicación y el esfuerzo cooperativo; su método de práctica es una expresión de la interdependencia de las personas y de su necesidad de interacción en armonía.
En mutua experimentación, cada compañero ha de aprender a identificarse con el otro y a sentir cuanto dolor le está infligiendo, evitando causar un dolor extremo, un desfallecimiento, una dislocación u otras heridas graves a su compañero. De esta forma, se cultivan actitudes y hábitos fundamentales para la interacción armoniosa de los individuos, como la empatía, la confianza mutua y el “tratar a los demás como te gustaría ser tratado”.
Otro factor importante en la práctica del Shorinji Kempo es el rol del profesor en las relaciones con sus estudiantes. El profesor no permanece a distancia, sino que trabaja personalmente con cada individuo. En la práctica del Shorinji Kempo, cada individuo es tratado como una persona, no como un número o una legra como en el caso de la enseñanza masificada. El Shorinji Kempo se practica y se llega a dominar en una atmósfera de contactos personalizados, buen compañerismo, buenos deseos y respeto mutuo. Este aspecto de la práctica del Shorinji Kempo enfatiza las relaciones personalizadas y expresa la importancia de las enseñanzas del Shorinji Kempo en un encuentro dinámico entre elementos únicos, de donde nace una armonía dinámica, inspirando relaciones fructíferas y llenas de sentido que contribuyen a la realización personal y a la felicidad de la personas.


Las formas en el Shorinji Kempo.

La práctica del Shorinji Kempo comienza y termina con un saludo que consiste en mantener a la altura de los ojos las palmas de las manos juntas con los dedos algo separados , mientras se mantiene el cuerpo recto. De esta manera se muestra reconocimiento y respeto y nunca inferioridad, como el saludo normal japonés, es una sincera expresión de la hermandad y la igualdad de las personas. Significa que no hay nadie por encima de sus semejantes. Cada individuo es su propio maestro y su propio testigo; la vida que el lleva es su propia responsabilidad. Es solo llevando la carga de su responsabilidad como individuo cuando el hombre podrá dar sentido y felicidad a su vida. Es inherente también en cada saludo el significado de dependencia del resto de individuo de la sociedad. La enseñanza del Shorinji Kempo, de que el individuo no puede vivir aparte del resto de la sociedad, está claramente remarcada con un saludo común a todas las sociedades.
La práctica del Shorinji Kempo presta especial énfasis en mantener limpia la ropa de práctica, condiciones sanitarias óptimas; el pelo sucio, la ropa desaliñada o descuidada, las malas formas, la falta de atención y la descortesía son faltas intolerables. El cuerpo y la mente están inseparablemente unidos, luego las maneras adecuadas y con respeto, la buena y apariencia la actitud correcta son expresiones del estado interior del individuo. Además el verdadero individualismo puede ser expresado de esta forma mucho mejor que como la gente joven de hoy en día afirma y que no son más que la conformidad con manías y modas actuales. Para encontrar la propia verdad, un individualismo único, hace falta un largo proceso que requiere mucha disciplina, esfuerzo y trabajo duro.
Como las enseñanzas del Kongo Zen son la fuente de la filosofía del Shorinji Kempo, la práctica diaria de la meditación Zen es de gran importancia en el entrenamiento.


OTRAS PRÁCTICAS COMPLEMENTARIAS.


Ya hemos explicado algunas de las importante contrapartidas prácticas de las enseñanzas del Shorinji Kempo. Hay sin embargo, otras dos prácticas complementarias que requieren nuestra atención: el Zazen y el Seiho.
El Zazen: Zazen es una práctica estática en oposición al kempo, que es dinámica. Se practica antes y después de cada sesión de práctica diaria para cultivar la respiración adecuada. Como la respiración es considerada un signo de vida, una adecuada respiración es fuente de salud y sostiene las potencialidades humanas. La respiración adecuada revitaliza el cuerpo ya que hace circular la sangre y despierta la mente y la concentración.
La postura correcta para el zazen, es una posición sentada con la pierna izquierda sobre la derecha, las manos juntas con el pulgar izquierdo dentro de la mano derecha y con el cuerpo erguido. El punto de concentración ha de ser la región bajo el estómago. El método correcto de respiración que ha de ser cultivado en el zazen es el siguiente: primero, inhalar pausada y profundamente por la nariz por unos siete segundos; entonces mantener y dejar el aire circular por tres segundos; después exhalar el setenta por ciento del aire en diez segundos y finalmente parar dejando tres segundos el treinta porciento del aire restante en los pulmones. Luego repetimos el ciclo.
El zazen en el Shorinji Kempo está basado en la inseparable unión e interacción del cuerpo y la mente. Controlando y cultivando una adecuada respiración, uno puede desarrollar una compostura y estabilidad mental necesaria para la vida en un entorno complejo y tenso.
El Seiho: Seiho es un método usado durante mucho tiempo en el Este para regular los huesos, los nervios y la circulación y para promover la salud. Sus técnicas son aplicadas después de la práctica del kempo en los puntos vitales del cuerpo para relajar los músculos, aliviar las tensiones y regular la circulación. Los músculos fatigados después de la acumulación de ácido láctico en el cuerpo se relajan y la energía se restaura.
Los dos métodos más ampliamente empleados de las técnicas de seiho es la aplicación de presión en los músculos próximos a la columna vertebral y los músculos alrededor del cuello y de las costillas. Se posicionan las manos a ambos lados de la columna vertebral y se presiona solo con los pulgares. La presión es aplicada más dejando caer el peso del cuerpo que utilizando la fuerza de los propios brazos. Los pulgares se usan para masajear los músculos alrededor del cuello. El otro método consiste en sentar al compañero delante de nosotros con las piernas extendidas y tirar de sus brazos hacia atrás, mientras presionamos con las rodillas en su espalda.
Como el objetivo del Shorinji Kempo radica en un hombre completo con un cuerpo y una mente equilibrados, se extrema el cuidado para asegurar que la práctica del kempo se realice dentro de las capacidades físicas de cada individuo. El Seiho se emplea después del kempo como una práctica importante que ayuda a promover y mantener la salud.


EL SHORINJI KEMPO Y EL FUTURO


En esta última sección, el Shorinji Kempo como modo de vida será examinado en función de la presente situación del hombre y su papel en la alteración del curso del futuro de las personas.
Vivimos en una moderna civilización industrial, en la que la ciencia y los avances tecnológicos han dado al hombre un gran conocimiento del mundo y de si mismo. Los secretos de la materia le han sido revelados y estamos a las puertas de descubrir la naturaleza de la vida misma. Con la reproducción mecánica y electrónica de los sentidos del hombre y de las facultades de su cerebro en las computadoras, el hombre ha podido traspasar los límites de la tierra y aventurarse en el espacio y aprender en las galaxias sobre si mismo. La ciencia y la tecnología nos han enseñado como dominar infecciones y enfermedades, disminuyendo las muertes e incrementando la expectativa de vida de las personas. Todo ello ha contribuido a la iluminación del trabajo físico y mental de las personas, incluso su tiempo libre. Sin embargo, a pesar de estos avances el hombre tiene grandes problemas que amenazan con la destrucción de la humanidad.
Las necesidades básicas de comida, abrigo y ropa cada vez son más difíciles, por el continuo crecimiento de la población y la limitación de los recursos naturales. La diferencia entre las naciones rica y pobres se continua ensanchando y eso juega en contra de la estabilidad y armonía mundial; es necesario encontrar un alternativa al malestar político y social, la miseria y las posibles catástrofes.
Otro problema potencial es el incremento de la contaminación y devastación del medio ambiente. Productos químicos y polución de las factorías, el excesivo ruido de los aviones y automóviles, la producción de basura y aguas residuales y todos los productos derivados del incremento de la tecnología y del nivel de vida. El incremento de enfermedades pulmonares, muerte de recién nacidos y abortos, desordenes nerviosos y psíquicos son claros testigos de los peligros de la explotación sin cuidado e irresponsable de la naturaleza.
Otro problema serio viene la sociedad que ha creado el hombre. Engendrada en el auge de la nueva industrialización del sector terciario y de servicios, nuestra sociedad es industrial y urbana. Bajo ciertas y complejas circunstancias, la necesidad de sistematizar y organizar los esfuerzos del hombre, para dirigir, controlar y coordinar sus actividades han crecido enormemente y la burocracia juega un gran rol en la regulación de todas las fases de esta actividad. Pero hay un peligro creciente que subdivide estas tareas en otras, cuya realización priva a las personas de su sentido y poder. Como la burocracia está altamente racionalizada, impersonalizada y sistematizada hacia la máxima eficiencia y resultado, las personas han sido encorsetadas en relaciones sin sentido. Y como los puestos burocráticos se han establecido formalmente y pueden ser ocupados por cualquier persona con la cualificación requerida, el individuo se ha convertido en un factor intercambiable. Esto ha sido el nacimiento del hombre sin cara, reduciendo su esencia a un número o una tarjeta.
La alienación y la pérdida de humanidad se ha agravado por la vida urbana, que tiende a producir actitudes de diferenciación y personalidades con rasgos como la sofisticación, perdida de la razón, desconsideración y exaltación del materialismo y en definitiva a la aparición de gente extraña.
La incongruencia de los grandes avances en todos los campos de la tecnología con el hambre y la miseria en el mundo, parecen indicar que el progreso ha sido dirigido hacia propósitos distintos del verdadero bienestar y seguridad para el hombre. El medio ambiente se ve amenazado por la devastación de sus recursos y los problemas de la soledad y la alienación engendrados por la sociedad moderna también nos apuntan la necesidad de reevaluar los valores de la sociedad y se reflejan en los problemas de las personas. ¿Están los valores de explotación, maximización, racionalización, cuantificación y progreso cargados de consideración humanistas?
Esta es la única explicación posible. Si el hombre quiere conseguir su realización y felicidad en la vida y encontrar soluciones reales a los problemas que el mismo ha creado, es esencial que vuelva a valorar la moralidad que ha de dirigir su vida a la luz de un nuevo conocimiento del universo y de su verdadera naturaleza.
Los valores que el hombre posee para dirigir su vida están basados en la creencia de que tiene que procurarse a si mismo sentido y felicidad. Pero como es evidente, esos valores que han dirigido su vida solo han engendrado graves problemas a la humanidad y a su propia existencia.
El Shorinji Kempo enseña que la realización personal y la felicidad se basa en la realización de la verdadera naturaleza, de la humanidad, y de las potencialidades y capacidades que lo caracterizan como individuo. Basado en la filosofía del Kongo Zen (el universo está en continua interacción e interdependencia), el Shorinji Kempo afirma que la única expresión verdadera de la naturaleza humana y del mundo es el camino del medio (Chu-do): armonía entre materia y espíritu, intelecto y emociones, amor y fuerza, libertad y disciplina, individualismo y conformismo, progreso y preservación, explotación y abstinencia.
Los valores han de ser también readaptados hacia la realización de este fin. El Shorinji Kempo enseña que los valores y criterios morales han de ser extraídos de la naturaleza de las cosas. Y como el camino del medio de la armonía es el verdadero estado de la realidad, es también el único criterio moral para dirigir la vida de los hombres, el significado por el que se encontrarán las soluciones verdaderas a los problemas del hombre y a la realización de la naturaleza del hombre y de su humanidad. Como expresión de la vida misma de su significado el camino del medio es tanto un fin como un significado en si mismo.
El hombre es envestido de vida y de grandes potencialidades, y como partícipe de la realidad, es responsable de las causas y los efectos de todas las acciones, esto ha de hacerlo consciente de la interrelación de todas las cosas. El hombre puede crear un mundo mejor, una vida más feliz y establecer a través del camino del medio, un cielo en la tierra. Es capaz de hacer esto y es su responsabilidad. Cada individuo tiene una responsabilidad primero hacia si mismo y después hacia la sociedad de la que es miembro. El grado de responsabilidad depende de las capacidades del propio individuo, de su conocimiento y de su poder dentro de un determinado ámbito o grupo. Los individuos que tienen algún poder especial, particularmente líderes del gobierno, industrias e instituciones como las universidades, tienen una responsabilidad adicional porque tienen el poder y la influencia sobre medidas que afectan a muchísima gente. Si el individuo se aleja de sus responsabilidades, él y la humanidad tendrán que responder a las catastróficas consecuencias de la ausencia de la bondad humana en la tierra.
Sin embargo, aquellos individuos que tomen la iniciativa y asuman la responsabilidad de dirigir sus vidas por el armonioso camino del medio, no tendrán límite en sus futuras posibilidades. Esta gente serán capaces establecer y dar sentido a las condiciones necesarias para conducir al hombre a través de sus necesidades materiales y espirituales; absteniéndose de la excesiva avaricia, consumo exagerado y auto-satisfacción, al tiempo que se avanza en la ciencia y la tecnología y otras facetas de las potencialidades humanas, hacia el aseguramiento de los alimentos, la promoción de mejores y más estéticas edificaciones en las ciudades, asegurando el bienestar y eliminando los peligros de la vida urbana, encontrando remedios a las enfermedades y mejorando la salud de las personas; y desarrollar y expresar el individualismo como única fuente de potencialidades de forma que no restrinjan la libertad y la felicidad de los demás.
El Shorinji Kempo visiona un futuro en el que los individuos puedan realmente ser ellos mismos, dando expresión completa a sus potencialidades y capacidades tanto en el trabajo como en su tiempo de ocio. Tal vez, con el desarrollo de la tecnología, el trabajo llegue a dejar de ser la actividad en la que más tiempo se emplea para la mayoría de las personas y el ocio acabe siendo su ocupación principal. Con los robots tomando realizando la mayoría de las labores, las personas podrán dedicar más y más tiempo a enriquecer sus aficiones y a desarrollar relaciones llenas de sentido. El ocio, sin embargo, no debe ser confundido con la indolencia. El ocio completo ha de ser creativo, con gran disciplina e iniciativa. El Shorinji Kempo persigue un futuro en el que los hombres, llenos de buenas relaciones humanas y esfuerzo cooperativo, puedan trabajar para el engrandecimiento de de la bondad y no para su destrucción, donde las necesidades básicas de comida, refugio y ropa sean accesibles para todos, y donde el desarrollo natural del hombre conduzca a la realización de su naturaleza y expresión de sus potencialidades.
Pero el hombre del mañana dependerá de lo que nosotros hagamos hoy. Hay sombras de la condenación inminente, y el crecimiento desorbitado de la complejidad del mundo dificultan la carga de llevar a hombros el propio individualismo y responsabilidad de forma a veces imposible. Pero este es el desafío del hombre; aceptar su responsabilidad es la única forma de aliviar el sufrimiento en la faz de la tierra y asegurar la felicidad para todos. Esta es además la forma de contribuir al proceso de evolución y de dar sentido a la existencia individual.

DOSHIN SO 1970

© de la traducción Shorinji Kempo Cartagena

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